Sinvergüenza: 1.- Pícaro, bribón 2.- Dicho de una persona: Que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades Vergonzoso: Que se avergüenza con facilidad. El año pasado acompañé a una amiga a una entrevista en el Hotel Palace. Quedamos en la puerta y cuando llegó la saludé, me giré y empecé a subir las escaleras para entrar. Miré hacia atrás y se había quedado allí parada. «¿Qué pasa?», le pregunté. «¿Vamos a entrar así, sin más? Me da apuro». «Pues claro que vamos a entrar así, sin más. No te preocupes». Me sorprendí a mí misma con ese aplomo que parecía venir de alguien acostumbrado a visitar hoteles de lujo cada semana. Mientras arrastraba a mi amiga hacia la rotonda del Palace para sentarnos en sus sofás a esperar, recordé el 29 de abril de 1997. Ese día mis padres cumplían sus bodas de plata y fuimos los seis a cenar al
Me ha encantado. Soy tan pardilla que se lo he enviado a mi hija de 12, que está ya en todo el ajo de la vergüenza por si ayuda. Me temo que solo me va a contestar: “Mucho texto”.
La vergüenza empieza a desaparecer con la edad pero, algo me dice que no debe quedar ni rastro tras la menopausia. A ver si va a depender también de los estrógenos y, sin ellos, ya se vive casi como si fueras un hombre…
Cuánta razón. Es curiosa esa transformación lenta de pérdida de vergüenza y lo estoy viendo ahora con mis hijas - que son de la edad de las tuyas - que me sorprenden de repente ‘atreviéndose’ a llamar al médico para pedir sus propias citas médicas o pidiendo más soja para el sushi. Ya ni se ruborizan y lo hacen con cierto orgullo mirándome por el rabillo del ojo (esperando ver mi sonrisa aprobatoria). Pero todavía tienen ese miedo (casi terror) cuando tengo que hacer alguna reclamación o queja (justificada) en público y me susurran ‘ay mami, no digas nada, qué vergüenza por favor’, pensando que seremos el foco de todas las miradas. Y mi vergüenza desapareció hace mucho tiempo, en efecto, y soy perfectamente consciente de que no soy el centro del universo y nadie va estar prestando atención. Gracias por tus escritos - ‘no paras de acertar’, jaja. Nos vemos esta tarde!
Qué razón tienes, yo con la edad he perdido la vergüenza por casi todo! Veo sin embargo, que en muchas personas mayores (aka, mi madre) persiste la vergüenza por el qué dirán, pero creo que es algo más generacional o de la educación que recibieron...🤔
Buenísimo este texto. Yo con la vergüenza sigo luchando, no soy tímida pero sí que tengo vergüenza. Lo describes bien, se ha ido suavizando pero aún tengo momentos de querer desaparecer, siempre a posteriori, cuando recuerdo el momento.
Creo que lo describes como “sinvergüenzas” son personas con un trastorno de personalidad narcisista. No son capaces de empatizar y por tanto no sienten escrúpulos por nada. Usan a las personas y mienten y manipulan sin remordimientos. Además se creen que están por encima del resto de humanos y no dudan en hacer lo que haga falta para tener lo que creen que merecen.
Me ha ayudado mucho la parte de los sinvergüenzas. Acabo de darme cuenta que la relación que rompí con un amiga hace unos años, después de 30 de "amistad", no fue porque ella fuera una inestable mental. Es que es una sinvergüenza. Gracias Ana por devolverme a la senda del sentido común.
Pues otra que se lo va a pasar a su hijo de 13 años. Le da vergüenza hasta respirar, viene de fábrica porque yo era igual. A los 30 empieza a desaparecer
Pfff, menudo melón has abierto. Yo no sé si es tanto la vergüenza como pensar "el qué dirán". Pensar que los demás me juzgan (cuando seguramente no sea así) ha paralizado varios momentos de mi vida.
Me ha encantado. Soy tan pardilla que se lo he enviado a mi hija de 12, que está ya en todo el ajo de la vergüenza por si ayuda. Me temo que solo me va a contestar: “Mucho texto”.
La vergüenza empieza a desaparecer con la edad pero, algo me dice que no debe quedar ni rastro tras la menopausia. A ver si va a depender también de los estrógenos y, sin ellos, ya se vive casi como si fueras un hombre…
Cuánta razón. Es curiosa esa transformación lenta de pérdida de vergüenza y lo estoy viendo ahora con mis hijas - que son de la edad de las tuyas - que me sorprenden de repente ‘atreviéndose’ a llamar al médico para pedir sus propias citas médicas o pidiendo más soja para el sushi. Ya ni se ruborizan y lo hacen con cierto orgullo mirándome por el rabillo del ojo (esperando ver mi sonrisa aprobatoria). Pero todavía tienen ese miedo (casi terror) cuando tengo que hacer alguna reclamación o queja (justificada) en público y me susurran ‘ay mami, no digas nada, qué vergüenza por favor’, pensando que seremos el foco de todas las miradas. Y mi vergüenza desapareció hace mucho tiempo, en efecto, y soy perfectamente consciente de que no soy el centro del universo y nadie va estar prestando atención. Gracias por tus escritos - ‘no paras de acertar’, jaja. Nos vemos esta tarde!
Qué razón tienes, yo con la edad he perdido la vergüenza por casi todo! Veo sin embargo, que en muchas personas mayores (aka, mi madre) persiste la vergüenza por el qué dirán, pero creo que es algo más generacional o de la educación que recibieron...🤔
Buenísimo este texto. Yo con la vergüenza sigo luchando, no soy tímida pero sí que tengo vergüenza. Lo describes bien, se ha ido suavizando pero aún tengo momentos de querer desaparecer, siempre a posteriori, cuando recuerdo el momento.
Nos vemos esta tarde. ¡Ay, madre! ¡Qué vergüenza!
A mi también me avergonzaba llevar sandalias!!!😂 “lo superé” a los treinta y tantos!!🤦♀️
Gracias
Que bueno, lo suscribo todo.
Creo que con los años vamos ganando seguridad y por ende perdiendo la vergüenza.
No he sido muy vergonzosa pero si prudente e imprudente también en muchas ocasiones.
Con respecto a los sinvergüenzas lo has clavado! Y además refleja perfectamente la calaña de un individuo que está de plena actualidad.
¡Que bueno,
Madre mía, Ana. Lo has bordado. Para leer, releer y no olvidar
Creo que lo describes como “sinvergüenzas” son personas con un trastorno de personalidad narcisista. No son capaces de empatizar y por tanto no sienten escrúpulos por nada. Usan a las personas y mienten y manipulan sin remordimientos. Además se creen que están por encima del resto de humanos y no dudan en hacer lo que haga falta para tener lo que creen que merecen.
Buen intento para que nos hagas participar esta tarde a las más tímidas! 😅😅
Muy bueno y muy real. Gracias
Me ha ayudado mucho la parte de los sinvergüenzas. Acabo de darme cuenta que la relación que rompí con un amiga hace unos años, después de 30 de "amistad", no fue porque ella fuera una inestable mental. Es que es una sinvergüenza. Gracias Ana por devolverme a la senda del sentido común.
Pues otra que se lo va a pasar a su hijo de 13 años. Le da vergüenza hasta respirar, viene de fábrica porque yo era igual. A los 30 empieza a desaparecer
Que bueno, suscribo lo que dices. Con los años se te quitan todas las vergüenzas.
Pfff, menudo melón has abierto. Yo no sé si es tanto la vergüenza como pensar "el qué dirán". Pensar que los demás me juzgan (cuando seguramente no sea así) ha paralizado varios momentos de mi vida.
Artículo ideal para rular entre adolescentes. Se lo he pasado a mi hija. Igual hasta te hace más caso que a mi.