





Marzo y lo que llevamos de abril han sido buenos en cuanto a escuchas de podcasts. No sé cómo ni de qué manera me he hecho hueco en la rutina diaria para ir encajando lo que tengo que escuchar por trabajo más lo que escucho por devoción y para preparar el club de escucha. En estas semanas, además, he utilizado varias veces mi maravilloso excel de escuchas para recomendar a ciertas personas contenidos que sabía que iban a gustarles y que se ajustaban perfectamente a lo que necesitaban. Ni que decir tiene que acerté. Haciendo repostería, dibujando o siendo diplomática soy malísima, pero recomendando podcasts, como decía aquel anuncio, no me gana nadie.
Al lío.
Voy a empezar con Escoltas: la sombra que me protegía de ETA, de ABC. Cuando terminé de escuchar sus seis episodios pensé que me recordó a un episodio de un programa inglés de construcción de casas que suelo ver cuando quiero que mi cerebro descanse. Lo presenta un arquitecto inglés que, con mucha sorna, les pregunta a los dueños de las casas sobre sus grandes ideas: «Pero ¿seguro que quieres hacer eso?» «¿Estás convencido?» o «Mira, no sé cómo decirte esto, pero el estilo rústico español con resonancias mozárabes no pega mucho con el estilo Tudor inglés. ¡Ah! ¿que te da igual? Eso es otra cosa». Esos dueños de casa suelen tener un terreno fantástico, mucho dinero y ganas, pero el resultado casi nunca es bueno. Con Escoltas, sin llegar al nivel de los desaguisados arquitectónicos británicos, tuve un poco esa sensación. Una gran idea, la de contar la historia de los escoltas en los años en los que los terroristas decidieron que todo el mundo era objetivo, más un puñado de grandes historias con testimonios interesantísimos y periodistas que saben hacer podcasts eran tres elementos con los que se podía haber construído un podcast espectacular.
Sin embargo, una serie de decisiones narrativas bastante desafortunadas, como decidir no contar con un narrador y que el hilo sea una entrevista a un periodista de ABC que tuvo que marcharse del País Vasco por amenazas, o saturar cada episodio con demasiadas historias, o no presentar las voces, hacen que el resultado se parezca bastante a la casa que mezclaba el estilo mozárabe y el Tudor. Hay que tener muchísimo interés y curiosidad para seguir la narración sin perderte, para poder apreciar algunas historias increíbles que, sin embargo, quedan sepultadas en la atropellada narración y la falta de explicación. Es una pena porque con un enfoque más, quizás, convencional (un narrador guiando el relato, la elección de una sola historia por episodio y algo tan sencillo como presentar las voces y los personajes), el resultado habría sido espectacular y mucho más habitable. A pesar de todas estas pegas recomiendo su escucha porque hay destellos que merece la pena escuchar.
En español también he escuchado Skyvan: Los vuelos de la muerte, de Sonoro. Creo que casi todo el mundo sabe que la dictadura de Videla se dedicó, casi desde el principio, a torturar y a hacer desaparecer a sus opositores. El método que ideó fue drogar a esos opositores, subirlos a aviones y tirarlos al mar en los llamados «vuelos de la muerte». Más de 4000 personas fueron desaparecidas así. Poca gente sabe, o al menos yo no lo sabía, que uno de los dos modelos de aviones que se usaron para ese propósito se llama Skyvan y tiene la pinta de un ataúd volador. Unas de las personas que estuvo a punto de morir así fue Miriam Lewin, una mujer que en 1977 tenía 19 años cuando fue secuestrada y sometida a todo tipo de torturas durante veinte meses. Muchos años después, convertida en periodista de investigación, contacta con ella Giancarlo, un fotógrafo italiano interesado en encontrar esos aviones para a partir de ellos localizar a los pilotos responsables de los vuelos de la muerte.
Este encuentro entre la experimentada periodista argentina y el joven fotógrafo italiano, su investigación de más de 10 años, la vida de Miriam, la dictadura militar, su caída, los procesos judiciales llevados contra sus responsables a lo largo de los últimos cuarenta años y lo que no se ha conseguido cerrar es lo que en 8 episodios cuenta Skyvan: Los vuelos de la muerte. Es un podcast muy solvente que hace un muy buen trabajo llevando de manera simultánea tres hilos narrativos: la investigación para localizar los aviones, la historia de Miriam desde que fue secuestrada hasta la actualidad y la situación política de Argentina para ir dando contexto a lo que se cuenta. Cuenta con Miriam, con Giancarlo, con varias madres de la Plaza de Mayo, con expertos, con personas que formaron parte de la investigación, con abogados, etc. También cuenta, como narrador, con Leonardo Sbaraglia, una decisión que supongo responde a la idea de que un narrador famoso siempre atraerá a más público y más anunciantes que uno anónimo o que la propia Miriam. Leonardo hace un buen trabajo pero, claro, la historia que está contando ni le ha ocurrido a él (era un niño en la época de la dictadura militar), ni la ha escrito. Por todo esto su narración es más bien una interpretación, una declamación, algo que proyecta más que algo que cuenta. Se pierde el tono de cercanía e intimidad que le da a los podcasts el que el narrador esté implicado en cierta manera en lo que se narra. En este caso, además, se nota muchísimo cómo cambia la voz, el tono, la cadencia narrativa cuando Sbaraglia introduce pequeñas anécdotas de su vida en el guión: sus recuerdos de su padre diciéndoles que no hablaran con nadie, cómo vivió la final del Mundial de Fútbol de Argentina 1978, etc. El podcast tiene algunos episodios memorables, como el segundo, y otros que deslucen el resultado final, como el octavo y último. Las tres guionistas-productoras (Carmen Graterol, Paloma Navarro Nicoleti y Evelyn Uribe) han hecho un trabajo espectacular, pero creo que con un poco más de edición que evitara repeticiones innecesarias y, a ratos, una lentitud narrativa un poco pesada la serie hubiera sido perfecta. Quiero hacer especial hincapié en la música original, que en los podcasts en español es una rareza pero que, sin embargo, eleva cualquier producción al dotarla de una personalidad propia y distinguible.
Ahora vamos con los descubrimientos en inglés con algunas cosas espectaculares.
Voy a empezar con lo que quiero que escuchéis:
Me he enamorado de Hyperfixed y no quería. Esta producción de Alex Goldman aparecía en todas las listas de mejores podcasts del 2024 pero yo me resistía a escucharlo igual que te resistes a que te guste el guapo del colegio o el más popular: por prejuicio. Finalmente decidí probarlo y, claro, caí en sus redes. Hyperfixed es, de verdad, un podcast diferente y original sin que yo esté usando estos dos adjetivos a la ligera o solo por rellenar. ¿Hace algo nuevo? No. Lo que Goldman hace es una mezcla nueva: unas gotitas de Heavyweight, otras de Throughline, un aroma a Revisionist History y otro poco a la manera de narrar de Dan Taberski y todo eso, agitado, que no mezclado, con su peculiar estilo, destila maravillosos episodios a cual más original y divertido. La premisa del podcast es «voy a solucionar problemas de los oyentes o, por lo menos intentarlo». «Ana, ¿qué tiene eso de original? Eso ya lo hacía la Señorita Francis o Heavyweight». Pues la diferencia está en que aquí los problemas son increíbles y no por su complejidad, sino por su singularidad. Alguien llama y dice que, a pesar de que sabe conducir, le ha cogido miedo y necesita que alguien le ayude a quitarse ese miedo. Otra persona llama porque se dedica a catalogar chapas en el Museo de las Chapas de Chicago y resulta que hay una con la leyenda ASK ME ABOUT OUR NEW DIARRHEA-INDUCING CHILI CHEESE FRIES! y, a pesar de sus investigaciones, no ha conseguido localizar su origen. Otra persona llama porque necesita encontrar una manera precisa de pasar los pesos en gramos de las recetas europeas a las cantidades en volumen de las recetas americanas. A lo mejor estás pensando: ¿y a mí qué me importa todo esto? Pues ahí está la magia, en que, sin importante nada, Goldman consigue que te quedes enganchado, que te interese, te asombre, te haga reir y lleges al final del episodio pensando: joder, que bien me lo he pasado. Son episodios autoconclusivos y los recomiendo todos, pero si quieres empezar con uno que sí te afecta, te aconsejo Kristin Has Doubts, que reconforta mucho porque refleja cómo nos sentimos todos con respecto al futuro. Escucha Hyperfixed, el podcast con la cover más fea de la historia.
Tortoise Investigates es siempre sello de calidad. Su última producción se llama Lucky Boy y yo la tendré para siempre asociada a mis paseos por Milán. Son 4 episodios en los que se reconstruye la historia de Gareth, un hombre que tiene ahora más de 50 años pero que en su niñez tuvo una relación amorosa/sentimental/sexual con una de sus profesoras. Él tenía 14 años y ella 26. La narradora, Chloe Hadjimatheou, es amiga de un amigo de Gareth, que le pone en contacto con él y durante los cuatro episodios contamos con su versión de los hechos y algunos, muy pocos, testimonios de compañeros y profesores del colegio en cuestión. La profesora se negó a participar. ¿Qué decir de este podcast? Pues que es incomodísimo de escuchar y que enfrenta al oyente con la eterna disyuntiva «él dice/ella dijo», pero en este caso los papeles cambiados. La víctima es él. A la incomodidad contribuyen también algunos testimonios de compañeros que, en su día, le llamaban Lucky Boy porque claro, estaba enrollado con la profesora guapa. Él también creía que era un tío con suerte. Y hay una cosa más: Gareth como víctima no cae bien y eso te enfrenta como oyente a la necesidad de reflexionar en cómo escuchas y qué quieres creer o no creer.
Para terminar, un true crime de calidad: Sea of Lies, la nueva temporada del podcast canadiense Unconver. Sam Mullins, al que ya había escuchado en Wild Boys, reconstruye un crimen que comenzó con el descubrimiento, por parte de unos pescadores galeses, del cadáver de un hombre frente a las costas británicas. Gracias al Rolex que llevaba en la muñeca y a una serie de casualidades y golpes de suerte increíbles se descubre quién es y cómo ha terminado en el mar. No te puedo ni empezar a explicar cómo de increíble es la historia que va de Inglaterra y Canadá y vuelta, con varios de los implicados participando activamente en el podcast. Las contribuciones de los policías que en su día llevaron a cabo la investigación son increíbles y, además, varios de ellos tienen unas voces de las de quedarte a vivir. Es un podcast sin grandes alardes pero muy solvente, bien construido, explicado y narrado y que, sinceramente, es un alivio escuchar después de la grandilocuencia vacua y sensacionalista de muchos otros que hay por ahí triunfando en los rankings. Éste, por cierto, está ya en varias listas de lo mejor del año y lo estará en las que se hagan en diciembre.
Esto está quedando muy largo, así que me guardo alguna cosa para el mes que viene y te dejo dos recomendaciones breves muy muy entusiastas:
The Big Ask es un episodio del podcast de la BBC Illuminated y hay que escucharlo, por lo menos, dos veces seguidas para empezar a retener todo lo que cuenta. La premisa es: «¿Por qué ya no preguntamos?» (Escribí sobre ello en el Cuaderno de Semana Santa). El narrador, Ian Wylie, habla con una filósofa que ha dedicado sus investigaciones al poder de las preguntas, con un detective, con una abogada y con una pastora de la Iglesia anglicana que además es terapeuta. Todos tienen contribuciones interesantes y reflexiones que te dejan pensando. Además, en un alarde técnico innecesario pero admirable, todo el guión de Wylie está construido con oraciones interrogativas. Imprescindible.
Estoy suscrita a una especie de Filmin de los podcasts. Se llama Selects y publican ahí piezas de audio que no están disponibles en ningún feed pero que son joyas. Ahora, de vez en cuando, publican en abierto alguna de esas piezas y una de las últimas ha sido Call NOW!, publicada en 2013. En ella, Sean Cole, el narrador, se propone investigar de dónde vienen los anuncios de abogados americanos en las horas de la teletienda. Esos anuncios que todos hemos visto en las series (en Better Call Saul incluso formaban parte de la trama) pero que para los americanos son algo común y corriente. El resultado es interesante, divertido, asombroso y además tienen un diseño sonoro perfecto para lo que se cuenta. Aprovecha la oportunidad ¡Escúchalo ya!
Me ha quedado larguísimo. Juro que intento ser más breve pero todo me parece interesante y pertinente. Te recuerdo que todas las recomendaciones están recogidas en esta lista.
Como parece que te gusta leer Cosas que (me) pasan me animo a preguntarte si has pensando en suscribirte? Si te suscribes hoy, tienes una semana gratis para probarlo todo y ver si te merece la pena. Me encantaría que lo hicieras y te lo agradecería infinito. Tendrías acceso a la newsletter extra del último domingo del mes, al club de escucha y al chat. Si, además, te haces miembro fundador, piénsalo ¿cuándo has sido fundador de algo?, hasta recibirás una carta manuscrita y varias tarjetas necesarias para tu vida con frases como “Me quiero ir a casa a leer” o “Desde tan abajo no explico”. ¿Cuándo fue la última vez que abriste el buzón y había una carta para ti?
Hola Ana, creo que alguna vez ya te han preguntado por aquí, pero tendrías algo q recomendar en francés? Gracias!