«Seguro que me preocupó que escribir acerca de ello fuese un error. Escribes algo porque esperas controlarlo. Escribes acerca de experiencias en parte para comprender lo que significan, en parte para no olvidarlas con el tiempo. En el olvido. Pero siempre está el peligro de que suceda lo contrario. Perder el recuerdo de la experiencia en sí en el recuerdo de escribir sobre ello. Como la gente cuyos recuerdos de lugares a los que ha viajado son de hecho solo recuerdos de las fotografías que tomaron allí. Al final, la escritura y la fotografía probablemente destruyen más del pasado de lo que sin duda lo conservan. Así que podría suceder: al escribir sobre alguien a quien has perdido —o incluso nada más que hablar demasiado sobre ese alguien— puede que lo estés enterrando para bien» (
Qué bonito, Ana. Yo nunca había tenido perro. En mi familia ‘teníamos miedo’ - eso es lo que tenía grabado en mi mente desde siempre. A mis hijas siempre les decía que en un piso no se podía tener perro y que cuando viviéramos en una casa tendríamos perro, pensando que jamás viviríamos en una casa. Y cosas del destino, acabamos viviendo en una casa al volver a casarme, y por supuesto entonces vino Tinta, nuestra perrita labrador. Feliz y contenta todo el día en el jardín con los cuatro gatos que ya teníamos (dos de cada uno, y se quedaron en tres pues a la pobre Lana la atropelló un coche - vaya si se pasa mal cuando pierdes una mascota, sobre todo de esa forma...). Y tampoco esperaba yo que el matrimonio durara tan poco y que volviéramos a vivir en un piso, ahora con Tinta (y nuestra gatita Babá). Tinta nos ha acompañado durante estos últimos tres años tan convulsos y revueltos, se ha adaptado mejor que nadie al nuevo entorno, ritmos y rutinas. Me ha entregado su compañía y presencia en los momentos más duros y no se ha separado de mí cuando ella sabía que la necesitaba a mi lado. No sé qué deparará el futuro, dónde estaré, qué haré, pero sí sé que vaya donde vaya ahí estará Tinta, demostrando su amor incondicional.
No sé por qué te cuento todo esto... me has despertado este deseo de compartir mi gratitud por haber tenido la suerte de que Tinta esté aquí. Gracias por tus escritos y felices recuerdos.
Ay Julieta, no sabía lo del matrimonio...sí sabía que te habias vuelto a casa pero no que había durado tan poco aunque no se porqué lo intuia. Lo siento muchísimo. Y me alegra que Tinta te haya hecho compañía, siempre acompañan mucho. Un abrazo enorme
Un nudo en la garganta tengo. Hace dos años que tengo mi primer perro, un weimaraner que se llama Otto.
Nunca pensé que se pudiera querer tanto a un animal. Vivo sola con él y las rutinas, los paseos largos, la montaña, el juego del palo y la pelota..todo es mío.
A veces me arrepiento, por la libertad que me quita, pero lo quiero tanto que pronto se me pasa. Porque me mira y siento que me quiere, a su manera de perro, y que me necesita como nadie más. Y atender esa demanda, siento que me hace un poco mejor, no lo sé.
Tener perro siempre es estupendo. Nosotros hemos tenido siempre y ya sabemos que se mueren en algún momento, pero los años que pasas con ellos compensan esa pena que sabes que vas a tener.
¿Qué te digo? Pues que no quiero ni pensar el día que le toque a Capitán, nuestro querido perro. Tiene seis años y medio y llegó a casa con dos meses. Es un trasto al que queremos con locura. Capi tiene un vínculo especial con mis hijos y conmigo. Hace cinco años sufrí un cáncer de mama y durante los días horribles que suelen venir después de la quimio, no se separó ni un minuto de los pies de mi cama. Cada día traía mis zapatillas en la boca y las ponía encima de mi para que me levantara. Desde entonces cada mañana el es mi despertador y me da con su trufa en la cara.
Emocionante tu relato, Ana cuánto se les quiere. Espero que tarde en llegar el final de Capi😘
Hola querida. Si tiene seis años y medio todavía le queda, depende de lo grande que sea, pero aún así hay que centrarse en los años que pasas con ellos, en su compañía y en ese vínculo
moco tendido . Que bien describes todo lo que se siente en un momento así. Siempre diré que el mejor regalo de mundo en mi vida fue mi primera perra ...luego han venido más.
No puedo más que llorar y llorar con tus palabras de amor total por tus perros. Grandes, peludos y con su olor y sus pelos por todas partes!!! Cuando yo era joven decía: “ la gente que en su abrigo lleva pelos de perro es gente superior” jajaja ( como yo los llevaba… !)
La pérdida de un perro siempre me ha parecido un dolor tremendo y muy incomprendido.
A ver, es un dolor incomprendido porque el dolor de otro siempre es incomprensible hasta que te pasa a ti. Si no fuera así no podríamos vivir. Yo más que dolor lo llamaría tristeza, pero es una tristeza inevitable que hay que saber navegar... y atravesar pero no evitar. Un dolor es algo inesperado que crees que vas a poder evitar, la muerte de un perro es inevitable.
Por favor, que llorera! Me has hecho recordar cuando tuvimos que despedir a mi primer perro. Justo hoy lo recordabamos metido en el maletero de nuestro viejo Fiat Punto entre maletas y tan feliz.
Eso es. Algún día no estará pero eso no importa, ya pasarás ese trago cuando llegue y lo harás con todos los recuerdos que acumularás. Y será, como he dicho más arriba, una tristeza calma.
Dan un amor muy bonito, no hay tristeza ni enfado que no te curen con un abrazo de cuello. Son seres superiores que nos hacen mejores personas. Perderlos es romperse un poco cada vez pero se aman para toda la vida. Dile a María que nunca se olvida ese amor, quizás su cara y su olor si pero el amor no.
Dios que llorera. Que preciosos Tuca y Turbón. Y que bonita la foto. Yo tengo un perro que lleva 12 años conmigo y sin duda es de las mejores cosas de mi vida. Son felicidad absoluta los perros. Ya no imagino la vida sin un perrete cerca, con esas miradas, esos mimos, esa compañia silenciosa, los paseos, los juegos... Son amor absoluto. Gracias por este texto.
Buenos días, que bonito, otros días tus post hacen reír y pensar, hoy hacen que suelte la lágrima, cuando alguien se va, se tiene ese miedo de perder los detalles, pero como bien dices, no se pierden. Tú texto de hoy es muy útil para el camino de pasar los duelos. Gracias
Qué bonito. Yo despedí a mi perro Ringo hace año y medio (fue por teléfono, yo estaba a punto de coger un avión) y aún a veces, cuando voy a casa de mi madre y no me recibe ladrando y brincando, me parece increíble que ya no esté aquí. Lo adoptamos cuando yo tenía 16 años y nos acompañó casi 15. Un abrazo y ánimo <3
A mi me dan punzadas ahora cuando vuelvo a casa y no están o cuando me doy cuenta de que puedo dejar la puerta del jardín abierta porque no se van a escapar. Es muy raro.
Gracias por escribir sobre esto. Ya me extrañaba que no lo hicieras... Se les quiere tanto... No sé si estoy de acuerdo en que perder a un perro no es como perder a una persona querida porque en mi experiencia se le parece mucho.
Hola Esther. Para mi no se parece en nada perder a una persona querida, en mi caso un padre, que un perro. No tiene nada que ver...pero eso es un tema personal de cada uno.
Qué bonito, Ana. Yo nunca había tenido perro. En mi familia ‘teníamos miedo’ - eso es lo que tenía grabado en mi mente desde siempre. A mis hijas siempre les decía que en un piso no se podía tener perro y que cuando viviéramos en una casa tendríamos perro, pensando que jamás viviríamos en una casa. Y cosas del destino, acabamos viviendo en una casa al volver a casarme, y por supuesto entonces vino Tinta, nuestra perrita labrador. Feliz y contenta todo el día en el jardín con los cuatro gatos que ya teníamos (dos de cada uno, y se quedaron en tres pues a la pobre Lana la atropelló un coche - vaya si se pasa mal cuando pierdes una mascota, sobre todo de esa forma...). Y tampoco esperaba yo que el matrimonio durara tan poco y que volviéramos a vivir en un piso, ahora con Tinta (y nuestra gatita Babá). Tinta nos ha acompañado durante estos últimos tres años tan convulsos y revueltos, se ha adaptado mejor que nadie al nuevo entorno, ritmos y rutinas. Me ha entregado su compañía y presencia en los momentos más duros y no se ha separado de mí cuando ella sabía que la necesitaba a mi lado. No sé qué deparará el futuro, dónde estaré, qué haré, pero sí sé que vaya donde vaya ahí estará Tinta, demostrando su amor incondicional.
No sé por qué te cuento todo esto... me has despertado este deseo de compartir mi gratitud por haber tenido la suerte de que Tinta esté aquí. Gracias por tus escritos y felices recuerdos.
Ay Julieta, no sabía lo del matrimonio...sí sabía que te habias vuelto a casa pero no que había durado tan poco aunque no se porqué lo intuia. Lo siento muchísimo. Y me alegra que Tinta te haya hecho compañía, siempre acompañan mucho. Un abrazo enorme
Precioso, Ana.
Un nudo en la garganta tengo. Hace dos años que tengo mi primer perro, un weimaraner que se llama Otto.
Nunca pensé que se pudiera querer tanto a un animal. Vivo sola con él y las rutinas, los paseos largos, la montaña, el juego del palo y la pelota..todo es mío.
A veces me arrepiento, por la libertad que me quita, pero lo quiero tanto que pronto se me pasa. Porque me mira y siento que me quiere, a su manera de perro, y que me necesita como nadie más. Y atender esa demanda, siento que me hace un poco mejor, no lo sé.
Gracias por tus palabras
Tener perro siempre es estupendo. Nosotros hemos tenido siempre y ya sabemos que se mueren en algún momento, pero los años que pasas con ellos compensan esa pena que sabes que vas a tener.
¿Qué te digo? Pues que no quiero ni pensar el día que le toque a Capitán, nuestro querido perro. Tiene seis años y medio y llegó a casa con dos meses. Es un trasto al que queremos con locura. Capi tiene un vínculo especial con mis hijos y conmigo. Hace cinco años sufrí un cáncer de mama y durante los días horribles que suelen venir después de la quimio, no se separó ni un minuto de los pies de mi cama. Cada día traía mis zapatillas en la boca y las ponía encima de mi para que me levantara. Desde entonces cada mañana el es mi despertador y me da con su trufa en la cara.
Emocionante tu relato, Ana cuánto se les quiere. Espero que tarde en llegar el final de Capi😘
Hola querida. Si tiene seis años y medio todavía le queda, depende de lo grande que sea, pero aún así hay que centrarse en los años que pasas con ellos, en su compañía y en ese vínculo
Domingo desayunando y llorando a
moco tendido . Que bien describes todo lo que se siente en un momento así. Siempre diré que el mejor regalo de mundo en mi vida fue mi primera perra ...luego han venido más.
Tengo un montón de mensajes de gente que ha llorado leyendo esto y no era para nada mi intención!!
No puedo más que llorar y llorar con tus palabras de amor total por tus perros. Grandes, peludos y con su olor y sus pelos por todas partes!!! Cuando yo era joven decía: “ la gente que en su abrigo lleva pelos de perro es gente superior” jajaja ( como yo los llevaba… !)
La pérdida de un perro siempre me ha parecido un dolor tremendo y muy incomprendido.
GRACIAS GRACIAS
A ver, es un dolor incomprendido porque el dolor de otro siempre es incomprensible hasta que te pasa a ti. Si no fuera así no podríamos vivir. Yo más que dolor lo llamaría tristeza, pero es una tristeza inevitable que hay que saber navegar... y atravesar pero no evitar. Un dolor es algo inesperado que crees que vas a poder evitar, la muerte de un perro es inevitable.
He tenido y tengo perros los últimos 40 años de mi vida y siento exactamente lo que también
describes jamas los olvidas .Después de 30 años voy por la calle y cuando veo a un pastor aleman sigo recordando a nuestra Keep .
Gracias por tus escritos y expresar lo que muchos sentimos .
Nosotros ahora estamos mirando a ver qué perros vamos a tener ahora... tenemos ya muchas ganas.
Precioso y tristísimo. A lágrima viva me tienes. Qué bien escribes puñetera!!!
¡gracias! pero no llores!
Este verano despedimos a nuestro perro y tu post me ha sabido a abrazo, os lo mando de vuelta.
He descubierto que este verano ha sido trágico en la vida de muchos dueños de perros... Un abrazo.
Por favor, que llorera! Me has hecho recordar cuando tuvimos que despedir a mi primer perro. Justo hoy lo recordabamos metido en el maletero de nuestro viejo Fiat Punto entre maletas y tan feliz.
Siempre los llevamos en el corazon 💕
Es que no se olvidan nunca, eso es lo que quiero que mi hija entienda, que no los va a olvidar nunca.
Pues he llorado…
Tambo tiene dos años y es pura energía…A veces pienso que algún día no estará y será terrible.
Pero también puedo no estar yo…
Mientras tanto disfruto de él.
Un texto genial!
Eso es. Algún día no estará pero eso no importa, ya pasarás ese trago cuando llegue y lo harás con todos los recuerdos que acumularás. Y será, como he dicho más arriba, una tristeza calma.
Dan un amor muy bonito, no hay tristeza ni enfado que no te curen con un abrazo de cuello. Son seres superiores que nos hacen mejores personas. Perderlos es romperse un poco cada vez pero se aman para toda la vida. Dile a María que nunca se olvida ese amor, quizás su cara y su olor si pero el amor no.
Eso es. Eso le he dicho que nunca los olvidará, que dará igual que tenga 60 años, los recordará siempre.
Dios que llorera. Que preciosos Tuca y Turbón. Y que bonita la foto. Yo tengo un perro que lleva 12 años conmigo y sin duda es de las mejores cosas de mi vida. Son felicidad absoluta los perros. Ya no imagino la vida sin un perrete cerca, con esas miradas, esos mimos, esa compañia silenciosa, los paseos, los juegos... Son amor absoluto. Gracias por este texto.
Gracias a ti por leerlo y ¡no llores!
Buenos días, que bonito, otros días tus post hacen reír y pensar, hoy hacen que suelte la lágrima, cuando alguien se va, se tiene ese miedo de perder los detalles, pero como bien dices, no se pierden. Tú texto de hoy es muy útil para el camino de pasar los duelos. Gracias
Gracias a ti, Jesús Mari
Qué bonito. Yo despedí a mi perro Ringo hace año y medio (fue por teléfono, yo estaba a punto de coger un avión) y aún a veces, cuando voy a casa de mi madre y no me recibe ladrando y brincando, me parece increíble que ya no esté aquí. Lo adoptamos cuando yo tenía 16 años y nos acompañó casi 15. Un abrazo y ánimo <3
A mi me dan punzadas ahora cuando vuelvo a casa y no están o cuando me doy cuenta de que puedo dejar la puerta del jardín abierta porque no se van a escapar. Es muy raro.
Gracias por escribir sobre esto. Ya me extrañaba que no lo hicieras... Se les quiere tanto... No sé si estoy de acuerdo en que perder a un perro no es como perder a una persona querida porque en mi experiencia se le parece mucho.
Mil gracias por esta carta.
Hola Esther. Para mi no se parece en nada perder a una persona querida, en mi caso un padre, que un perro. No tiene nada que ver...pero eso es un tema personal de cada uno.
Gracias a ti por leerlo.
Me has emocionado Ana y eso que nunca he tenido perro... Los recordaréis siempre y nosotros un poco también, por tus fotos y este texto.
Gracias, Lupe. Un abrazo