Yo tenía un plan, que era escribir una entrega de Podcasts Encadenados el tercer miércoles de cada mes, pero no lo cumplí en febrero y en marzo voy con retraso porque sencillamente no me ha dado tiempo. Había pensado dejarlo incluso hasta abril, pero he decidido que es mejor cumplir el plan a directamente abandonarlo. Voy a tratar de ser breve y no enrollarme mucho, pero no prometo nada, no soy buena cumpliendo los planes.
Hay gente que fantasea y añora ese pasado en el que jugabas en la calle, no había móviles, las series se veían a episodio semanal y Halloween era algo que veías en las películas. Yo echo de menos el mundo en el que no todas las conversaciones acababan siendo de política. A lo mejor ese mundo no existió nunca y lo que ocurre es que yo era joven y vivía en una burbuja. Pensé en todo esto escuchando Alternate Realities, una miniserie de tan solo 3 episodios dentro del podcast Embedded. Zach Mack nunca ha tenido las mismas ideas que su padre, pero en los últimos años mantener una conversación con él se ha convertido en algo casi imposible porque su progenitor ha caido en el agujero negro de las conspiranoias políticas de todo tipo. Está tan obsesionado que incluso la madre de Zach, después de treinta y cinco años de matrimonio, se plantea el divorcio porque ya no puede más. Además, la relación con la hermana de Zach está rota porque el padre no acepta que sea lesbiana. «Yo quiero mucho a tu hermana pero no lo acepto, sé que Dios le enseñará su verdadero camino». Zach decide entonces acercarse a su padre de otra manera, intentando entenderlo en vez de intentar convencerle y llega con él a un trato: el padre hace diez predicciones para el año 2024 y se las cuenta a Zach para que, al cabo de un año, su hijo compruebe que él es el que tiene razón. El podcast recoge las conversaciones que ambos hombres mantienen, asi como las entrevistas que Zach tiene con su madre, con los amigos más íntimos del padre y las investigaciones que hace para intentar conocerle mejor y entender de dónde ha sacado todas esas ideas.
El podcast formalmente es sencillo, no hay grandes alardes sonoros ni hallazgos espectaculares, pero consigue sumergirte en esa desazón que todos hemos sentido en los últimos tiempos hablando con familiares, amigos, compañeros y asomándonos a ese abismo de incomprensión y desesperación. ¿Qué se puede hacer? ¿Se puede hacer algo? Lamentablemente Alternate Realities deja un sabor muy amargo y muy triste, pero hay que escucharlo. (Este podcast lo comentaremos en la próxima sesión del Club de Podcasts Encadenados, te puedes apuntar aquí)
Conocí a Ian Coss hace cinco años, cuando publicó Forever is a Long Time, un podcast estupendo en el que Coss, a punto de casarse con su novia, reflexionaba sobre las relaciones y el matrimonio a partir de su experiencia cercana con sus padres, sus abuelos, sus tíos, todos divorciados. Entonces escribí esta reseña y he seguido su carrera desde ese momento. El año pasado publicó The Big Dig, una serie dedicada a la construcción de un gran puente en Boston. Algo así como si alguien dedicara un podcast en España al soterramiento de la M30. ¿Aburrido? En manos de Coss, para nada. Política, siniestros, asociaciones vecinales, personas desconocidas pero con unas trayectorias vitales interesantísimas, economía, protestas sociales, absolutamente todo cabía en esa serie. Coss acaba de estrenar Scratch & Win, una serie sobre las loterías en Massachusetts, y también aquí cada episodio viene cargado de información hasta el techo, pero cada dato está muy bien cosido al siguiente, haciendo que todo resulte interesante, ameno y nada farragoso. Es espectacular cómo escribe Coss para audio y cómo parece que, de verdad, te está contando una historia que él controla y no un guión que ha escrito un millón de veces.
El primer episodio está dedicado a la lotería conocida como de «rasca y gana» y cómo se inventó. Massachusetts es el estado que más gasta en este tipo de juego de azar, con un gasto en lotería de 1037 dólares por persona al año. Aquí aprendí también que en Massachusetts se gasta más dinero en «rasca y gana» ¡que en productos de Coca-Cola!
Scratch & Win es un contenido para oyentes profesionales, para heavy listeners, porque da muchísima información y requiere atención e intención, pero yo siempre recomiendo cualquier cosa que haga Coss porque es una maravilla escucharle narrar y sabe siempre encontrar el tono para que te interese lo que sea que te cuente.
The Con: Kaitlyn’s Baby es una producción de la BBC y la productora canadiense CBC que cuenta la experiencia de más de cincuenta doulas canadienses con una estafadora que las engaña una y otra vez fingiendo que está embarazada. Como siempre en este tipo de podcasts, como oyente no puedes dejar de preguntarte «pero, vamos a ver, ¿cómo es posible que la gente caiga en esto?», porque todos nos creemos siempre más listos que los demás. En este caso debo confesar que, a ratos, he sentido un poco de regocijo malvado porque, digamos, soy muy escéptica con el tema «doulas» y me ha dado un poco de satisfacción escuchar cómo «profesionales del parto» eran engañadas durante horas, días y semanas por una estafadora que fingía estar embarazada y de parto. ¿Qué conseguía Kaitlyn con eso? Pues nada de dinero, y eso es lo más interesante del podcast. ¿Qué lleva a alguien a mentir una y otra vez, una y otra vez? ¿Para qué lo hacía? Supongo que esas personas encuentran un malsano placer en saberse capaces de manipular y engañar a alguien, tenerlo bajo su control durante horas y semanas y que se hacen adictos a ese placer. No pueden dejarlo. El podcast se escucha como comer pipas: se olvida nada más terminarlo, pero entretiene.
En español he escuchado Operación Viuda Negra, de Onda Cero Podcasts. Es terrible y, por supuesto, ha tenido mucho éxito porque es sensacionalista, oportunista, simplón y juega el eterno estereotipo de la mujer malvadísima que se aprovecha del pobrecito amante. Narrado por Manuel Marlaska, durante ocho episodios escuchamos los audios de las conversaciones de la «viuda negra», Maje, con su familia, sus amigos y sus amantes. De vez en cuando esas grabaciones se ven interrumpidas por las frases grandilocuentes de Marlaska explicando lo que ya se ha escuchado o emitiendo juicios de valor estereotipados y ridículos; y por las declaraciones de la inspectora de policía del caso, que son vergonzosas. Formalmente es desastroso: no hay guión, no hay contexto, el diseño sonoro es grandilocuente, sensacionalista y cutre. Sin los audios de las grabaciones no habría nada. Y hubiera sido mucho mejor para todos.
El día de mi cumpleaños se publicaron los 8 episodios de La Toma, de Bumbox y La No Ficción, una serie que cuenta cómo en febrero de 1980 un grupo de guerrilleros del M19 entró en la embajada de la República Dominicana en Bogotá en medio de una recepción con un montón de embajadores, entre ellos los de Estados Unidos, Suiza, Brasil, México, Israel y hasta el nuncio del Vaticano. Los invitados estaban allí en la recepción cuando estos guerrilleros, debidamente uniformados, tomaron la embajada y exigieron, para la liberación de los rehenes, que el gobierno colombiano dejara en libertad a 300 presos políticos y compañeros de guerrilla y, además, 50 millones de dólares. La Toma se escucha como una peli de robos o atracos porque, además, los dos primeros episodios están dedicados a la preparación de la toma de la embajada. Los guerrilleros, ante su necesidad de armamento, antes del secuestro planearon un robo de armas sencillamente espectacular. No quiero desvelarte más para que lo escuches, como yo, desde el asombro y la constante pregunta: ¿Cómo no se ha hecho una peli de esto? La serie está narrada por María Lucía Fernández, periodista de Caracol Noticias, y cuenta con muchos testimonios de primera mano: varios guerrilleros, el negociador del gobierno que trató durante semanas con los secuestradores, algunos de los rehenes y periodistas e investigadores del caso. Mi consejo es que te des un tiempo para hacerte a la narración de Fernández y que no tengas prisa en intentar encajar toda la información proporcionada en los dos primeros episodios que, a mi juicio, resultan un poco precipitados. A partir del tercero, que narra el encierro propiamente dicho, todo fluye mejor y la historia se sigue con interés hasta su resolución.
Breves para terminar:
El pesimismo y el miedo están en todas partes, en el aire que respiramos, los planes que hacemos y los pensamientos que intentamos no tener. Uno de mis podcasts favoritos, Rumble Strip, para tratar de calmar ese ánimo, está realizando una serie que se llama What Now Sounds Like, que tiene un valor casi terapeútico. Escuchar las voces de personas en todo el mundo hablando de su día a día, de sus problemas cercanos, tiene el poder de apagar el fragor de la tensión en la que parece que vivimos inmersos.
Siempre hay que volver a los clásicos y en el mundo del audio eso significa volver a This American Life. Ahí está todo, el origen de todos los podcasts que se están haciendo ahora. Últimamente he escuchado dos episodios que me han gustado mucho: Uno es You’ve Come to the Right Person, que tiene como tema de unión entre las cuatro historias eso, el momento en que sin saberlo o a propósito te encuentras con la persona adecuada, en el momento justo, para solucionar tus dudas, para comprender algo o para que te abra los ojos. El otro es Origin Story, un episodio muy curioso que intenta indagar en el principio de distintas cosas, desde los mitos de las grandes empresas tecnológicas que implican siempre un garaje hasta la historia del padre de Sarah Koenig, la host de Serial, que resulta que fue un grande del mundo de la publicidad que hasta sale mencionado en Mad Men.
En español me gustó la entrevista a María Gainza en Hotel Jorge Juan. No coincido con ella en casi ninguna de sus opiniones y creo que por eso me resultó aún más interesante. Apunté, además, un montón de recomendaciones de lecturas.
La Casa Grande ha ganado el Premio Ortega y Gasset a la mejor investigación periodística. He recomendado este podcast por todas partes y lo hago una vez más por si queda alguien despistado.
Y para cerrar quiero dejar aquí la sorpresa de la semana. El jueves recibí un email en el que decía: «Por fin acabamos de publicar el episodio del podcast Pan Pal Susto para el cual te entrevisté hace más de un año (no puedo creerlo). Se titula "Depresión en el país de las maravillas". Entrelacé tu historia, con la historia de una joven en Oaxaca, a quien, sin que lo supieras, le cambiaste la vida con tu TEDTalk». No me acordaba de la entrevista, ni conocía el post, ni sabía de qué estaban hablando. Contesté dando las gracias y diciendo que lo escucharía. Y así ha sido y no puedo dejar de recomendarlo por algo que comentaba el otro día en Instagram: las redes sociales pueden ser lo peor, pero en mi caso todo lo que me han traído ha sido espectacular. En este caso, escribir sobre mi depresión en mi blog hace ya diez años llevó a que mi editor Oihan Iturbide me convenciera para escribir Los días iguales y ese libro llevó a que me invitaran a dar una charla TEDx en Valencia titulada ¿Cómo alguien como tú puede tener una depresión?, que han visto cientos de miles de personas en todo el mundo, entre ellas Lis, «la chica de los libros», una joven de Oaxaca a la que ver mi charla le cambió la vida porque le permitió explicar a sus padres cómo se sentía. El otro día lloré escuchando este episodio.
No he sido breve y me he enrollado mucho, pero si has llegado hasta aquí, gracias. Si has escuchado algo de lo que recomiendo me encantará saberlo, y si quieres participar en el club y el chat para suscriptores puedes suscribirte aquí. Es divertido, te garantizo que te gustará.
Como parece que te gusta leer Cosas que (me) pasan. ¿Has pensando en suscribirte? Si te suscribes hoy, tienes una semana gratis para probarlo todo y ver si te merece la pena. Me encantaría que lo hicieras y te lo agradecería infinito. Tendrías acceso a la newsletter extra del último domingo del mes, al club de escucha y al chat. Si, además, te haces miembro fundador, piénsalo ¿cuándo has sido fundador de algo?, hasta recibirás una carta manuscrita y varias tarjetas necesarias para tu vida con frases como “Me quiero ir a casa a leer” o “Desde tan abajo no explico”. ¿Cuándo fue la última vez que abriste el buzón y había una carta para ti?