Despelleje Globos de oro 2025

Bueno, bueno, bueno... En un giro inesperado de los acontecimientos o, mejor dicho, una concatenación de circunstancias vitales muy conveniente, resulta que hoy son los Reyes, la fiesta de los regalos en mi casa ha terminado a tiempo, tengo tiempo libre y en Hollywood entregaron ayer los Globos de Oro. ¿Qué significa todo esto?

¡DESPELLEJE!

¿Qué hay mejor para afrontar la vuelta a la espantosa rutina laboral que toneladas y toneladas de frivolidad y superficialidad? Solo que me hubiera tocado la lotería.

Al lío.

Me encanta la serie Hacks y sus dos actrices. El por qué Hannah Einbinder ha decidido jugar a ¿nos disfrazamos con una sábana? se me escapa. Pone, además, la misma pose que ponía yo con mis amigas para intentar evitar que todo el disfraz, sostenido con nudos y pinzas de la ropa, no se desmoronara.

No tengo criterio con Timothée Chalamet: me da igual que vaya de hortera de bolera, de bola discoteca o de lagarterana marciana. Me da igual. Últimamente va disfrazado de francés del periodo de entreguerras con un bigotito ridículo y cosas amarradas al cuello. Ayer decidió que él no ha venido a este planeta a hacer las cosas como todo el mundo y se echó la corbata al cuello como yo me echo la bufanda: con desgana. Ni que decir tiene que yo parezca que estoy a punto de ahorcarme y a él le queda bien. En el programa de Colbert llevaba un jersey amarillo al cuello como si tuviera anginas o como si estuviera tratando de tapar algún chupetón.

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