¡Empezamos El Club de escucha de Podcasts encadenados!
Bueno, pues vamos a ello: Cuando era pequeña, cuando tenía unos 12 o 13 años, mi amiga Isabel (que era la organizadora del grupo) nos embarcaba todos los veranos en una actividad que, ahora lo pienso y digo: «madre mía, lo que se hace por amistad». Consistía en aprendernos un par de coreografías y montar un espectáculo al que venían nuestros padres, nuestros hermanos, los hermanos mayores de tus amigos y tus amigos a reírse. En fin, lo que viene siendo una función con diferente grado de apreciación por parte del público dependiendo de si era tu madre o el hermano de tu amiga que te gustaba. He desbloqueado este recuerdo porque cuando organizábamos ese evento nunca sabíamos cómo iba a salir, nos lanzábamos a ello con toda la inconsciencia del no saber, de no tener miedo pero sí un poquito de vergüenza.
Lo mismo ocurre con el «Club de escucha de Podcasts encadenados». A pesar de llevar más de un año pensándolo no tengo ni idea de cómo va a salir. Me tiro a la piscina, a organizarlo, esperando que salga bien, que lo disfrutemos, que nos ríamos mucho y, no voy a engañar a nadie, tener un sitio donde charlar de podcasts sin que la gente huya despavorida o ponga cara de «¿En serio? ¿Otra chapa de podcasts?»
Lo tengo todo más o menos pensado pero, seguro que igual que en mitad de la coreografía de Papa Don´t Preach se me caía el sombrero de paja o me olvidaba tres pasos de baile, alguna cosa sale regular. No me lo tengáis en cuenta, iré mejorando poco a poco.
Al lío.
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